
día
que el agua empaña
mis ojos pegados en la semioscuridad de su inmovilidad
se hacen telarañas
con las manos y las sábanas
y la lengua del perro
y los pelos del gato
despejo con soplidos
las nubes que me aferran a la cama
sin nadie mas que un corazón
que late
débil
late
mis piernas enfrascadas en escapar
el telón cerrado
perdido
en el sueño depsierto.